viernes, 26 de marzo de 2010

"Supervolcanes", bombas naturales.



En una conferencia, el Profesor Bill McGuire, director del Benfield Hazard Research Centre en la University College de Londres habló sobre una de las amenazas naturales olvidadas: grandes lagos que alojan en el subsuelo desmesuradas cantidades de magma incandescente.

“Aproximadamente cada 50.000 años la Tierra experimenta la erupción de un supervolcán. Más de 1.000 kilómetros cuadrados de tierra pueden deshacerse en un flujo de ceniza piroclástica. Todo a su alrededor puede cubrirse de ceniza. Inimaginables cantidades de gases ácidos se inyectan en la atmósfera, creando un fino velo de ácido sulfúrico alrededor del planeta que no deja pasar la luz del sol durante años. En pleno día no habría más luz que en una noche de luna llena.”

“El daño global de un supervolcán depende del lugar en el que se manifiesta y de la duración del velo gaseoso sobre la atmósfera terrestre. Taupo, en Nueva Zelanda, fue el supervolcán más reciente, hace 26.500 años. Sin embargo, el supervolcán más dañino, del que se tiene constancia fue el del Lago Toba, en Sumatra, Indonesia, hace 74.000 años. Estaba bastante cerca del ecuador, así que inyectó gas rápidamente en ambos hemisferios. Los datos demuestran que las temperaturas bajaron drasticamente los cinco o seis años siguientes, con condiciones heladas en los trópicos.”

Como catástrofe futura, la explosión de un supervolcán es 12 veces más probable que el impacto con un gran asteroide. Hay un 0,15% de probabilidad de que suceda en nuestra vida. Los sitios que hay que vigilar son los que ya explotaron en el pasado, como Yellowstone en EEUU y Toba. Pero más preocupante aún es saber que un supervolcán podría estallar en un sitio que no haya estallado nunca antes, como bajo la selva tropical del Amazonas”, en palabras de Bill McGuire.




2 comentarios:

  1. Hemos pensado que sería difícil de imaginar que un supervolcán fuera diferente de los típicos volcanes a los que estamos acostumbrados. La diferencia más prominente entre ambos es existencia en las estructura volcánica de la llamada depresión o cráter, que se puede identificar con facilidad. Sin embargo, los supervolcanes solo se pueden identificar con medidores de presión, ya que su actividad se desarrolla en silencio bajo la corteza terrestre.

    Por ello, hemos decidido que lo más apropiado sería poder mostrárselo en imágenes. Nos arriesgamos así a dar lugar a críticas destructivas, ya que el corto que hemos subido pertenece a la afamada película 2012.

    En el vídeo vereis la recreación gráfica de lo que sería un Supervolcán, eso sí, con unos cuantos toques de ciencia ficción.

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  2. Los geólogos y científicos afirman que hace 74.000 años, cuando se produjo la erupción del supervolcán del LAGO TOBA, la Tierra sufrió un colapso.

    "La atmósfera terrestre quedó prácticamente sepultada por un grueso velo de gaseoso durante más de 5 años. Sumida en el ocaso y privada de la luz solar, la vida en ella prácticamente desapareció. Murió más del 60% de la totalidad de la fauna vegetal y, con ello, el 70% de especies animales. La vida volvió a comenzar."

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