viernes, 9 de abril de 2010

Inundación en los Paises Bajos (1953)



La Inundación de los Países Bajos en 1953 (en neerlandés "De Watersnood", La Inundación) tuvo lugar en la noche del 31 de enero al 1 de febrero de 1953. Varios diques en las provincias de Zelanda y Holanda Meridional fueron incapaces de contener la combinación de una marea viva y una severa tormenta del noroeste. Grandes porciones de tierra, tanto en las islas costeras como en el continente, resultaron completamente inundadas. Murieron 1.835 personas, así como numerosas cabezas de ganado.[1] Aún hoy en día muchas personas recuerdan a las víctimas de la catástrofe cada 1 de febrero.
Muchas personas son despertadas en mitad de una noche de terror por el agua. Encerrados en sus propias casas, no pueden contar con ayuda externa. Muchas casas son derribadas por la fuerza del agua y la poderosa tormenta. Los enlaces telefónicos y por radio son cortados.

Un testigo relata cómo se despierta al oír un ruido en la planta baja, y al bajar por las escaleras, con la luna llena, ve con horror cómo el agua alcanza la altura del centro de las ventanas. Mientras sube rápidamente a despertar a su mujer, el agua rompe las ventanas y entra en la casa con furia.

La mañana del 1 de febrero llega por fin la marea baja, y el nivel del agua baja moderadamente. Algunas personas aprovechan la oportunidad para huir a zonas más elevadas, o para subirse al tejado. Se desarrollan algunas acciones de salvamento individuales con botes, llevando gente a zonas más seguras. La catástrofe es aún desconocida fuera de la zona, debido a la destrucción de los sistemas de comunicaciones.

La situación empeora de nuevo en las primeras horas de la tarde del 1 de febrero, con la siguiente pleamar. Esta marea es la que se cobró más vidas: los diques ya rotos no pueden contener el agua, que alcanza una altura aún mayor. Muchas casas que habían resistido el primer embate, se derrumban ahora. Personas y ganado son arrastrados por la enorme masa de agua. Testigos subidos al tejado de sus casas narran cómo algún familiar cae al agua y es arrastrado, sin poder hacer nada. Los que sobreviven en el agua se agarran a cualquier objeto flotante, con la esperanza de ser rescatados o alcanzar alguna zona segura. Para muchos la ayuda no llegará a tiempo, y para otros llega una noche fría y aterradora.
Las consecuencias de la catástrofe fueron enormes. 1.835 personas perdieron la vida durante la inundación (864 en Zelanda, 247 en Brabante Septentrional, 677 en Holanda Meridional y 7 en Holanda Septentrional). Otras 40 personas murieron más adelante como consecuencia del desastre.

200.000 cabezas de ganado bovino, porcino y caballar (entre otras) perdieron la vida, y casi 200.000 hectáreas resultaron inundadas.

A consecuencia del agua salada del mar, las tierras cultivables quedaron inutilizadas por largo tiempo. 3.000 viviendas y 300 granjas fueron destruidas, y otras 40.000 casas y 3.000 granjas resultaron dañadas, a menudo por restos de madera flotantes. 72 000.personas se vieron obligadas a abandonar sus casas y fueron evacuadas a áreas seguras.

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